Sabiendo que su patria necesitaba de él, cortó su carrera ya triunfante y se vino para América a ofrecer sus servicios a la causa de la Independencia. Entre nosotros, organizó el Regimiento de Granaderos a Caballo, a quienes formó en las más duras costumbres militares. Al frente de este puñado de hombres, cruzó los Andes y dio Libertad a Chile y a Perú, dando ejemplo al mundo de su capacidad guerrera y de su honradez como hombre público.
Toda su existencia fue un ejemplo de humildad, de nobleza y de patriotismo.
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